Aunque sea retador, es posible luchar contra la incertidumbre en las organizaciones y seguir adelante en los planes, para conseguir los resultados previstos.
Por: Luis Manuel Ramírez, CEO de Natior Consulting
Cuando converso con algunos clientes en este segundo semestre, su ánimo y motivación es diferente al que mostraban al inicio del año. En esta época, ya hay situaciones desafiantes, factores externos y patrones que impactan los resultados del primer semestre, en especial en países donde la economía no es favorable. Aparece la incertidumbre y lo que llamo el muro del miedo, que limita la toma de decisiones.
Se trata de una gran pared, que no es posible controlar, que contrae a quien se enfrenta a la incertidumbre. Ese muro hace que los planes de trabajo se limiten al depender de los cambios del entorno. Entonces, las decisiones se ralentizan, la creatividad se transforma en una espera pasiva y muchos se aíslan en su individualismo, esperando a ver qué pasa.
Lo crítico de esta situación es que el muro del miedo hace perder oportunidades, ya que quienes se limitan por él dependen de si las condiciones mejoran para avanzar en los proyectos.
Para poder derribar este muro invisible, es necesario mantener la atención en las oportunidades ante los cambios del entorno y darles continuo movimiento a los hábitos de ejecución, ampliando la creatividad, la perseverancia y la paciencia. Consiste, simplemente, en tomar acción de forma consistente frente a los resultados esperados, entendiendo que del fracaso también se aprende.
Mantener el movimiento nos permite desarrollar un ritmo de constancia, nos hace más capaces de adaptarnos y aprendemos a ser más resilientes ante el entorno desafiante. Es así como se consiguen las victorias tempranas.